Mientras camino por el sendero, el fuerte y dulce olor de las plantas embriaga mi mente. El antiguo nombre de la isla era "Popilia", que se dice que deriva del latín "populus", "álamo", precisamente por los árboles que componen esta vegetación. En algunos lugares, los árboles son tan espesos que el sol desaparece y ya no se ve nada. Desde aquí, conseguí llegar a la pequeña iglesia de San Vitale. Ya no queda mucho de ella, sólo el campanario, pero ya no tiene manecillas. Aquí, el tiempo se ha detenido, todo se ha cristalizado.
SPEAK ALOUD