La música, esa era la obsesión de Leclair, día y noche tocaba, abandonándose por completo a ese violín que le había hechizado. Aislado en su villa de París, se olvidó incluso de ser un marido, un padre. Empecé a buscar la verdad hace muchos años y por fin la he encontrado, ahora me gustaría compartirla con vosotros pero la única manera de hacerlo es utilizando mensajes codificados. Poco a poco todo irá tomando forma. Como las notas, pequeños puntos negros que cobran vida en la partitura.
Sabes de notas musicales, ¿no?
SPEAK ALOUD